Patrimonio Industrial en Pradoluengo


Pradoluengo, un pueblo surgido del trasiego de productos lanares, llegó a convertirse en lugar de referencia del sector textil.

Todo en esta villa recuerda a la lana: la tipología urbana, alargada siguiendo el cauce que les daba energía para mover los batanes (las máquinas utilizadas para compactar el tejido), sus casas populares a la sombra (la ladera en solana se reservaba para el secado de las telas), y la huella arquitectónica y la maquinaria de una industria que ha sido el motor económico de toda la comarca hasta finales del s. XX.

En un tiempo en el que todo se aprovechaba, esta industria pudo prosperar gracias dos virtudes que ofrece esta tierra: la corriente regular y rápida del río Oropesa y la greda; una arcilla arenosa, muy adecuada para absorber la grasa de los tejidos.

El San Millán “a la carrera”

La carrera conocida como “Subida al San Millán” parte cada año de la localidad y propone un itinerario de vértigo por los elevados alrededores, culminando siempre el ascenso en el omnipresente San Millán.

Naturaleza en el Norte de la Sierra

La variedad de rutas en esta comarca es inmensa: caminos señalizados, rutas de cascadas, sin olvidar la subida a Pozo Negro.

Ermita San Vicente del Valle

Si bien ha llegado hasta hoy convertida en ermita, esta construcción es mucho más enigmática. Una herencia histórica del valle que merece una visita para conocer sus peculiaridades.

LAS MERINAS DE PRADOLUENGO

Las ovejas merinas trashumantes que pastaban en Pradoluengo durante el verano, no eran sin embargo las que producían la tela que procesaba el pueblo. La lana de alta calidad se destinaba a la exportación, y era la más modesta de las ovejas churras, la que se transformaba en los batanes, hilaturas y telares del municipio.

La Senda de los Batanes

Ofrece un interesante recorrido por la historia textil de la zona.